miércoles, 20 de enero de 2016

650.- Jane the Virgin. 2ª Temporada


La segunda temporada de “Jane, the Virgin” está siendo una auténtica decepción.
La serie que en su primera temporada nos sorprendió a todos por su frescura, su humor desenfrenado e incluso su innovación en algunos aspectos narrativos, se ha transformado en algo pesado, por momentos aburrido y con situaciones más propias de una serie Disney infantil que de una sátira adulta como debería ser.

Ni siquiera le salva la suerte mediática que han tenido con el hecho de que en algunos episodios aparezca la polémica Kate del Castillo como ex-novia y rival del simpático Rogelio de la Vega.


Lógicamente no tenéis porqué estar de acuerdo conmigo, pero voy a enumerar algunos de los aspectos que considero que han cambiado y van en contra de la sensación de espontaneidad y enredo adictivo que tenía la primera temporada.

Los mensajes en pantalla a modo de apunte o pensamiento de los protagonistas nunca me gustaron, subrayan lo obvio. Pero teniendo en cuenta que Jane quiere ser escritora tenían  una cierta razón de ser. En esta segunda temporada son un auténtico coñazo, hay momentos en que la pantalla se llena de letras hasta el punto de que ni siquiera da tiempo a leerlo todo. Y da lo mismo, ya que normalmente no aportan absolutamente nada, excepto retrasar el tempo de lo que estamos viendo y forzar unas pausas que no necesitamos para nada.
Los líos y giros de guión ya no sorprenden. Son reiterativos y en algunos casos los malentendidos son más propios de la peor época de “Los Serrano” que de una serie de éxito mundial.
A muchos de los personajes les han recortado o reconvertido de tan mala manera que ya no son reconocibles y los nuevos no aportan nada ni tienen un peso específico importante.


 Michael, el novio americano, pasa de policia buena persona a idiota e incluso desaparece en algunos capítulos. Rafael, el novio/padre latino, era un hombre de negocios, dueño de hotel, con personalidad e inteligencia empresarial ; ahora es un muñeco en manos de Jane al que tan pronto vemos enamorado de Petra, saliendo con otra o volviendo con Jane (a veces todo en el mismo capítulo).
La sexy, alocada y “gran corazón” Xiomara ya no sabemos muy bien que hace por allí, su presencia cada vez es menor. Al igual que la abuela.
Petra no me merece comentario y sólo el egocéntrico Rogelio de la Vega sigue manteniendo coherencia y simpatía como personaje, aunque cada vez le va peor en sus telenovelas con lo cual se rompe su sensación de  trivialidad e inocencia ante las realidades de la vida.
Y por último Jane. La aparición del bebé ha acabado con ella (y con la serie). Se ha convertido en una madre ñoña, absurda, odiosa en muchos momentos. Su afán de protección al bebé, sus tonterías llevándolo a clase o buscándole una cuidadora son tan de manual de comedia romántica de media tarde que te lleva a pensar si no estarás perdiendo el tiempo viendo algo tan trillado.


En definitiva, la trama, la forma de contar esta historia se ha metido en un extraño callejón que la ha transformado en lo que siempre quiso criticar y satirizar. 
Se ha convertido en un culebrón mediocre.

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