domingo, 16 de octubre de 2016

689.- 31


Un grupo de personajes, bastante desagradables, que viajan en una caravana son secuestrados y metidos en unas instalaciones infernales dónde servirán de carnaza para psicópatas. Si consiguen sobrevivir  12 horas les dejarán escapar… pero eso nunca ha ocurrido.
Esta premisa, más propia de una película de acción, de hecho es el argumento de “Perseguido” (The Running Man, 1987) de Arnold Schwarzenegger se convierte en manos del director Rob Zombie en una sucesión de fases de videojuego que acaba aburriendo a las ovejas.

Alguien debería decirle que crear algunos de los diálogos más desagradables de la historia escupiendo mucha saliva a la cara no hace que una peli de terror sea mejor. De hecho esa es una de las primeras sensaciones que una tiene desde el inicio. ¿Que se habla mucho y no se dice nada!, que lo que en Tarantino es casi un arte en manos de Zombie es un rollo intragable.
Por otro lado la película está fatalmente filmada, las escenas de acción con los psicópatas son un maremágnum de movimientos de cámara que tratan de disimular la ausencia total de una mínima coreografía de movimientos, el objetivo es marearte y hacerte olvidar que si viésemos la escena desde lejos daría risa ver como dos monigotes intentan golpearse sin conseguirlo.
Los psicópatas deberían darnos miedo, pero son tan apayasados, tan de manual de cine grotesco que dan risa o asco, pero jamás consiguen infundir terror, de hecho, algunos dan un poco de pena y volviendo a lo anterior… hablan mucho.
¡Pero coño, calla de una puta vez y mata a la víctima o no la mates, pero deja ya de dar la paliza!


Rob Zombie es un maestro de los escenarios mugrientos, de atmósferas truculentas en lugares asquerosos, pero eso no es suficiente si tus personajes no importan ni lo más mínimo, de hecho alguna de las teóricas víctimas es más horrible que los propios asesinos. Y es que el principal error que comete es que no te puedes identificar con ningún personaje, no hay empatía con nadie, te importa un bledo lo que les pase porque todos merecen morir. Es memorable el momento en que en plena apogeo de la trama, cuando sabemos que puede haber un asesino con motosierra tras cualquier puerta a una de las víctimas (una arrugadísima Megan Foster) se le ocurre dar un paseo y claro está le darán lo suyo.
Y si alguien va a sobrevivir también sabemos desde antes de comenzar la película quién va a ser la elegida. Su mujer en la vida real y musa de sus películas Sheri Moon Zombie, y creedme, esto no es un spoiler, esto se sabe desde siempre.

De los supuestos “cerebros” de toda esta pesadilla, tres viejas glorias vestidos de María Antonieta, con un Malcolm McDowell en uno de sus papeles más ridículos (espero que el cheque mereciese la pena) es mejor no hablar porque apenas aportan nada a la trama cuando no la frenan y te hacen tomar conciencia de la ridiculez de la propuesta.

En resumen una película que prometía mucho, más aún cuando ves algunos de los diseños de lo que podría haber sido, pero que finalmente se queda en un ¡cuando se acaba esto!, aburrida y previsible.




No hay comentarios:

Publicar un comentario