martes, 26 de marzo de 2013

409.- Dracula 3D



La visión de Dracula 3D, de Darío Argento tenía en principio un encanto especial. Darío Argento es un director un tanto especial, un maestro del terror en general y del giallo en particular.
Pero es que además la película cuenta con la producción de Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid y con el añadido especial de que el propio Cerezo sea también guionista  de la peli.



La historia de Drácula ya está muy vista, seamos sinceros, hay cientos de versiones más o menos sangrientas y más o menos acertadas, por tanto ¿qué habrán hecho Cerezo y Argento?.
La película roza (¡qué suave soy!) el terreno del absurdo ridículo.
La historia no tiene ni el más mínimo interés, no por ya conocida sino por lo mal narrada.
Los efectos 3D se limitan a ver alguna mosca revoloteando, son totalmente irrelevantes.
Los efectos especiales son vergonzosos, hay alguna escena sangrienta que no firmaría ni un alumno de instituto en su primer corto y las transformaciones o muertes son de videojuego de marca blanca.
En cuanto a los actores, todos están allí porque no tenían otra cosa que hacer y la crisis obliga.
Unax Ugalde (Harker) debió tener algún problema con los productores pues empieza como protagonista y de pronto desaparece.

Sólo hay una vampira (no tres como es habitual) porque el presupuesto debía ser mínimo, de paso se nos despelota (que la carne siempre tiene audiencia) y luce una de las pelucas peor llevadas de la historia del cine.
En cuanto al trabajo de los extras… es sencillamente abominable. De hecho habría que llevar esta peli a las escuelas de cine para enseñar que los extras deben pasar ante la cámara con normalidad, no uno detrás de otro, en fila, con los brazos pegados al cuerpo, desfilando y mirando a cámara.
La peli a pesar de su paternidad italo-española está en inglés, supongo que para abrirse camino a un mayor mercado. La mayoría de los textos están recitados como si se acabasen de memorizar e incluso hay errores como cuando la vampira dice “I want to see you” cuando está hablando de Lucy y lo que realmente debería haber dicho es “I want to see her”.

Si hay algo que se puede decir a su favor es el buen uso de la decoloración de las imágenes y la elección de los escenarios que dan un toque muy parecido al de las películas de los 70 con Paul Naschy o los bodriazos italianos de aquellos mismos años.
En cuanto a la labor de Cerezo como guionista, espero que él no estuviese detrás de ese momento glorioso en el que después de haber estado en un pajar haciendo lo suyo, por supuesto mostrando carne a tope, una pareja se tiene que separar, ella le pide al mozo que la acompañe a casa porque tiene miedo y él la manda al carajo porque está casado. Entonces ella se va sola y la ataca una lechuza que se transforma en el conde Drácula –no tenían un murciélago a mano-.
O esa coherencia narrativa de que Drácula ataque a un montón de tipos y los desmembre literalmente,  pero cuando lucha con Van Helsing (que es un triste y totalmente destrozado Rutger Hauer) le mete montones de puñetazos con todas sus fuerzas y no consigue hacerle más que algún rasguño.

Aquí Van Helsing ya llevaba una docena de leches

En cuanto a la labor de Darío Argento como director… estoy seguro de que ese nombre es un bluff, este no puede ser Darío Argento… y punto.

Drácula con una caries

No hay comentarios:

Publicar un comentario