lunes, 28 de mayo de 2012

272.- Un lugar dónde quedarse



"Un lugar dónde quedarse" (This must be the place)  es una película parsimoniosa y rara, cómo su personaje principal.
Cheyenne es un viejo rockero. Retirado, excéntrico, con un look imposible, andares escocidos y voz aflautada.
Tras la máscara está Sean Penn que irrita a muchos críticos con su interpretación. Los mismos que seguramente le estarían augurando  el  próximo oscar  si no fuese porque ya lo ha ganado en dos ocasiones ("Mystic River" y "Mi nombre es Harvey Milk") y tiene un total de cinco nominaciones.
Si no fuese por el casting "Un lugar dónde quedarse" parecería una película indie, y de hecho ese es su espíritu, personajes extraños, diálogos al borde del ridículo en algunos momentos y sublimes en otros, música versionada y un clip musical a cargo de David Byrne absolutamente genial (sobre todo si te gusta la música del líder de los "Talking Heads").
Pero dónde reside la fascinación, que al menos en mí ha despertado esta película, está en la estética y la placidez con la que va discurriendo una historia que empieza  con una vida depresiva y se convierte en la persecución de uno de los últimos criminales nazis que pueden quedar en USA. Son mayoría los planos dónde se intuye, es más se recalca, la mano del director colocando los encuadres para mostrarnos cuadros de estética depurada, más o menos acertados, pero con un esfuerzo notable por no hacer lo que haría cualquier otro.

A pesar de la caza del criminal nazi no esperéis  acción ni violencia, es imposible con un personaje con las características depresivas y estéticas de Cheyenne. Pero si que encontraréis una gran carga emocional y posiblemente según transcurre la película crecerá el deseo de querer saber más y más, ¿cuál será su siguiente paso?... En ese sentido, al menos a mí , me ha encandilado

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